sábado, 19 de diciembre de 2009

Juzgando la vida del famoso


El sentido de nuestra sociedad parece haberse perdido. Aún me llama la atención toda la información y notas que se han creado alrededor de lo que este sujeto llamado Tiger Woods. Desde que fue a estamparse con su carrazo a un árbol, se ha originado una enorme bola de nieve entre su vida personal y la disciplina que finalmente hizo que fuera levemente importante dicho evento: El golf. El hombre engañó a su mujer y pareciera que el fin del mundo se aproximase... Algo que hacen infinidad de individuos a lo largo de este mundo sin que nadie diga o haga nada más allá de tomarlo como una estadística más. EL Sr. Woods ya ha perdido el respeto que ganó jugando golf... haciendo algo que no tiene absolutamente nada que ver con ello... lo cual lo hace una persona desagradable, pero eso no le quita su talento... Pero, en fin, Si entrara más a detalle acerca de lo que el Señor Woods pasa, caería en esa mala disciplina de los noticiaros americanos actuales de dale importancia a algo que francamente no nos debería importar, pero desgraciadamente la gran mayoría de la gente parece encontrar importante para el desarrollo de sus vidas, lo que sucede en la de los llamados "famosos".



Eventos recientes muestran esto, pero quizá el más importante es la muerte de Michael Jackson. Decenas de millares de personas murieron ese día (Siguiendo las estadísticas) y que el Sr. Jackson muriera, a pesar de ser una noticia importante, se dio un seguimiento que cayó en lo grosero. Así surgen esas cortinas de humo, que son otro tema, pero que caen en este parámetro de interpretación social.






Para el televidente común, la importancia de las noticias se ha convertido en el qué hace quien con qué propósito. Siempre he mencionado que los noticieros dedicados a la farándula y los llamados "programas de espectáculos" tipo Paty Chapoy son lo más denigrante de la información. Sería justificable preguntarle a los "famosos" (Esa bola de weyes que parecen políticos en que mientras tratan de obtener el puesto, lamen patas; pero en cuanto les llega la fama y el dinero nos ven como inferiores) sobre sus proyectos y sobre lo que planean hacer... pero resulta que el hecho de que se coma un helado en dicho lugar... ya es noticia... o con quien se acuesta, o que su hijo cumpla 1 año... etc, etc.








Bien cabe mencionar que estamos hablando de vidas comunes y corrientes, dicho sea de paso. El famosillo no goza de habilidades superhumanas. Su relación biológica con el mundo es la misma que las de cualquiera. ¿Pór qué la gente le da tanta importancia a la rutina de esta gente? Esa es la pregunta del millón de dólares. ¿Por qué si un famoso tiene una bacteria carnívora (Así lo escuché en un reportaje de la Chapoy jaja) en los gluteos hay más de 10 personas encarceladas... ¿No hay mas que una o dos por lo que sucedió en aquella guarderia del norte y 49 niños muertos). Son cosas que uno no se explica.








Mi teoría es, y como teoría no es absoluta pero tampoco refutable, es que a veces estamos demasiado tristes con nuestra realidad y queremos vivir la de los famosos. Por ello, el desengaño de una artista favorita, lo vivimos como nuestro. Pareciese que los ídolos reflejan lo que no pudimos ser y seguimos sus pasos siguiendo lo que sucede en sus vidas. Observemos el ejemplo de Paris Hilton. La mujer es un espertento de ser humano y estúpida hasta donde alcanza la definición. Y sin embargo, es perseguida a lo largo y ancho del mundo porque es... popular.








Vayamos con los deportistas... que tristemente también se han comenzado a ver asediados por "Reporteros deportivos" que preguntan temas que no vienen al caso de su actividad. Que si andan con tal modelo, que si se mete marihuana, que si golpea a su esposa... Etc, etc. La hipocresía que impera nuestra sociedad nos permite juzgar a los personajes públicos por hacer cosas que descaradamente se condonan a nosotros por ser "entes comunes"... Ya lo vieron con Tiger Woods, así como ha pasado con muchos otros deportistas importantes como Cuauhtémoc Blanco, Luis García, David Beckham, Kobe Bryant, entre otros. La gente los juzga y les reclama su "reprobable comportamiento", lo cual enaltece más el status de "figura Pública" al grado de hacerlos infalibles.


Francamente no debería quitarnos el sueño lo que se haga esta gente. Finalmente la razón por la que los admiramos es por su talento. Que el actor actúe, que el golfista juegue golf, que el futbolista meta goles; se debería dar importancia a aquello que los puso en el reflector, porque finalmente eso es su chamba. Cuando juzgamos sus vidas privadas, simplemente nos ponemos en papel hipócrita moralista, al más puro estilo de la Inquisición. Como decía Oscar Wilde... "Si nosotros somos tan dados a juzgar a los demás, es debido a que temblamos por nosotros mismos."


Pero ojo... Como en todo... hay una excepción a la regla. A los politiquejos sí hay que pedirles cuentas por sus barrabasadas porque finalmente nosotros las pagamos y esas sí nos afectan. A esos sí, háganles ver su enojo.

Hasta la próxima












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