lunes, 8 de marzo de 2010

A las mujeres en su día... y para siempre


La fuerza de las mujeres depende de que la psicología no puede explicarla. Los hombres pueden ser analizados; las mujeres sólo pueden ser amadas.
Oscar Wilde
¿Por qué las mujeres tienen su día y los hombres no?

La respuesta es tan simple. POrque las mujeres han sufrido demasiado a manos de los hombres. De acuerdo con la Biblia, fue culpa de una mujer que tengamos que sufrir, y basados en ello, la misma religión (La que quieran) relega a la mujer a una función servicial hacia el hombre.

Imaginen qué tapada estaba la sociedad en esos tiempos para pensar de esa manera... Imaginen pensar que no tiene más de 60 años de los tantos miles que la humanidad como tal tiene en este planeta, que la mujer ha podido ser completamente considerada con derechos dentro de esta sociedad.

Se ha visto víctima de discriminaciones, abusos, recriminaciones, subestimadas por su propio género... Y es tan poco el tiempo que la sociedad occidental les ha permitido explotar sus cualidades. Y aún hoy, algunos países todavía no son vistas ni como seres humanos.

Muchos hombres deberíamos aprender un poco de ellas, aprender a sufrir un poquito por lo que logramos. Ellas sufren para triunfar y ser felices. La misma naturaleza (O Dios, como quieran verlo) para hacerlas madres, les da un dolor que nosotros no podemos siquiera imaginar... todo por ser mujeres completas, siendo madres; a sociedad todavía las aleja de posibilidades por su género; incluso hay todavía quien las maltrata sin pensar que cada mujer representa a una madre, hija o esposa...

Y por ello, su desarrollo como personas y profesionistas tienen mayor mérito. La evolución les ha permitido ser personas de batalla y feroces competidoras en el ámbito de la supervivencia, teniendo como consecuencia una capacidad igual, y en algunos casos, mejor que la de algunos hombres. Ese deseo de ser parte de una sociedad, yendo más allá de los límites impuestos por la misma es lo que hace su triunfo más valioso.

Luchadoras incansables que aún guardan esa sensibilidad que su género caracteriza, la posibilidad de ser madres, su aguante hacia las dificultades, su nobleza sentimental, y sobre todo, su capacidad de sacrificarse por el amor. Y nosotros, los hombres, somos aún más afortunados de poder recibir ese amor, primero de nuestra madre y luego de nuestra pareja, porque sin ellas, quien sabe qué vacías serían nuestras vidas.

Por todo esto, las mujeres no sólo son merecedoras un día para celebrarlas, también toda una vida para respetarlas. ¿Por qué las mujeres tienen su día y los hombres no? ¿Realmente importa?

Felicidades a todas las mujeres, no sólo hoy, sino para toda la vida

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