jueves, 11 de febrero de 2010

Zapatero a tus zapatos

Aprovechando que le estaba dando La Legión de Honor, Nicholas Sarkozy tuvo la iniciativa de pedir que un funcionario mexicano abogara por la delincuente francesa Florence Cassez (O como se escriba) hacia Felipe Calderón. El funcionario en cuestión es el Dr. José Ángel Córdova Villalobos, Secretario de Salud.

¿Cuál es la relación que existe entre Córdova en esta situación? El doctor fue a Francia a recibir un premio por su "grandioso" desemepeño en el asunto del AHLNL (Así le dice la Gordillo, así que esta es la forma correcta). Y ya como en plan de "Ya te hice un favor, ahora házmelo tú, el dirigente francés, lo comprometió a pasarle el recadito a Felipe Calderón. Esto es bastante fuera de lugar en todos los sentidos por las siguientes razones:

- Córdova no tiene vela en el entierro. Es bastante torpe tomar a un Secretario de Salud y hablarle de cosas de sentido Jurídico. Y lo peor es que Córdova dijo. "Sí claro, yo le digo". ¿Bajo qué fundamento va a llegar y decirle al Presidente o a cualquier funcionario jurídico cómo hacer su chamba? Ya nomás falta que de verdad interceda y se ponga a decir "Déjenlo ir ¿no? Es buena onda la chica"

- Sarkozy hizo verlo como retribución a la mentada condecoración. "Ya te di tu premio, ahora hazme el paro ¿No? Yo lo haría" Y es que el presidente francés dice que si un mexicano hiciera algo parecido, ellos sí lo extraditarían. Acá si uno ya no sabe qué decir...

- Córdova tiene sus propias broncas. A él mejor que le pregunten sobre los gastos raros que hizo con la farmacéutica francesa a la que le compró vacunas inservibles. Lo cual hace aún más sospechoso el premio ese...

Pero en fin, son puras sospechas infundadas. Lo único que sí me queda claro es que también los europeos tienen sus pasadas de lanza. Mira que pedirle al Secretario de Salud que "le haga el paro" a la chica Cassez (que se presume inocente) es bastante irresponsable. Y más irresponsable sería de parte del Secretario de Salud decir algo al respecto. No es su bronca, no es de su competencia y si se atreve a decir algo, sería entrar en promoción servil hacia el presidente francés, y sería una falta de respeto ponerse del lado de los franceses contra las acciones de sus propios compañeros de gabinete. Y esto no lo digo porque crea que las autoridades mexicanas sean excepcionales... Lo digo porque francamente se vería patético que un funcionario mexicano sin voz ni voto en el asunto, opinara y metiera su cuchar en una situación que no le incumbe sólo porque un gobierno europeo se lo está diciendo. Eso se llama servilismo y es otra de las tantas maneras de ver que a los funcionarios les vale lo que uno tenga que decir.

Por eso digo, zapatero a tus zapatos y deja que los demás se hagan bolas solitos.

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