miércoles, 3 de febrero de 2010

La propina y su convencionalismo social



Hoy tengo ganas de hablar algo trivial...




Siempre me ha llamado la atención el fenómeno de la propina. De aquellas actividades de servicio que podemos establecer como meritorias de ella, generalmente es la del mesero. Pero también existen diversos grupos que gustan de esta convención: Desde los llamados "viene viene" hasta los maleteros de los hoteles. Todos estos tipos de servicios que nos facilitan un tiempo de esparcimiento o flojera (como lo quieran ver), ven en la propina un ingreso extra a su sueldo rutinario.




Yo recuerdo la primera vez que recibí una propina. Estaba joven y ayudaba en una tienda tipo OXXO (no me acuerdo cómo se llamaba) y entre mis actividades estaba llevar garrafones de agua a lugares donde se requirieran. Lo hice en diversas ocasiones hasta que por fin un día una agradable señora me dio una moneda de 10 pesos. Al principio, por alguna razón, me negaba a aceptarla pero ante su insistencia loo acepté. Posteriormente y ante otros encargos, ya no oponía tanta resistencia. Algo dentro de mí me decía que cumplía con mi trabajo, pero no negaba la satisfacción de tener un dinerito extra.

A pesar de esto, existe una gran diferencia entre mi persona y otras envueltas en labores similares: Yo no tenía esa "necesidad" de trabajar. Era para tener mi dinero el cual gastaba como yo quisiera... No tenía que mantener una familia, una casa, pagar gastos, etc. Eso hace el concepto de la propina algo muy valioso para muchas personas.

Si consideramos este tipo de trabajos, sabemos que no pagan mucho. En muchos casos, apenas ganan arriba del mínimo precisamente porque los jefes saben que "se compensa" a través de las propinas. Tristemente, las propinas se han convertido en otra manera perversa de abuso a los trabajadores ya que muchísimos establecimientos (la gran mayoría antros) exigen que los meseros den una parte de sus propinas a los capitanes y al mismo gerente. Eso me parece una de las cosas más absurdas que existen. El mesero es el que hace el trabajo pesado y ciertamente no gana tanto como el capitán, ya no digan como el gerente. Este aspecto tributario muestra como todo convencionalismo social es corruptible hasta cierto grado.

No hay situación más molesta que escuchar a gente decir que las propinas son innecesarias. Obviamente, en un aspecto mayoritario, estas personas son hijos de personas acomodadas que nunca se vieron en la necesidad de tener trabajo porque todo les llegaba con sólo estirar la mano. Algo que también he notado, contrario a esto, es que las personas que dejan las mejores propinas, son precisamente personas que trabajan o han trabajado de meseros, cargadores, cerillos, lavacoches, etc. en algún momento de su vida y conocen el significado de lo que es ganarse un peso.

Todo esto nos obliga a ver esa percepción del valor al dinero y al trabajo, y por supuesto que para este último también es importante mostrar. Algunos establecimientos ya incluyen la propina en la cuenta. (Generalmente conmigo eso es de una visita y ya). POr ello, los meseros son bastante holgazanes y atienden como les da la gana, sabiendo que ya tienen su propina ganada. Aquí es donde uno ve la propina como una desagradable actividad y ciertamente todos la hemos vivido.

Es interesante ver cómo algo tan trivial puede ser visto desde diversas perspectivas. Yo, conociendo varios de estos puntos, simplemente digo que la propina es necesaria y no obligatoria. Hay que ganársela y merecerla para poder exigirla. Y así es como debería verse. Y tampoco hay que juzgarlo como una obligación pesada... finalmente, todas esas personas hacen más fácil nuestro momento de ocio y ayudan a pasar un momento agradable...




AL menos esa es mi percepción


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