viernes, 29 de enero de 2010

¿La intolerancia y discriminación hechas ley? Nomás eso nos faltaba...

La democracia otorga a cada uno de los hombres el derecho a ser el opresor de sí mismo.
James Russell Lowell

El aborto para mí representa difícil de integrar dentro de un esquema de opinión personal; por un lado, estoy de acuerdo en que no es necesario traer a una criatura a este mundo si está destinada a llevar una vida poco grata y hasta de sufrimiento con padres que quizá terminarían regalándolo o abandonándolo en un bote de basura, como ha pasado en demasiadas ocasiones. Estoy en contra porque resulta una salida fácil para la irresponsabilidad de los que tienen relaciones sin protección alguna en donde los anticonceptivos están al alcance de todos o porque existen cientos de familias que no pueden tener hijos y ven en la adopción la mejor opción, pero resulta que algunas niñas quieren abortar porque no quieren perder su figurita estética o por lo que vaya a decir la sociedad, siendo muchas de estas últimas, cuestiones en las que a veces los padres tienen que ver. Como ya he dicho, no tengo una postura definida hacia el aborto, pero siendo la situación un tanto debatible, la legislación que se ha hecho respecto a ella, es lo que me pone de malas.

Cuando estuvo de moda la legislación para el aborto en ciertos estados, donde a las mujeres que abortaban recibían condenas que parecían similares a las de asesinos, violadores (qué ironía) y secuestradores, nos damos cuenta de que el criterio de las partes derechistas de nuestra sociedad mexicana, son tan abominables como las hipócresias populistas de nuestra izquierda.

La cuestión de perseguir a las mujeres que han tomado una decisión basadas en sus difíciles circunstancias me resultó decepcionante pues muestra que nuestro gobierno es retrógrada, intolerante, y lo peor de todo, incompetente. En una sociedad actual, cada quién hace lo que quiera con su libertad, mientras no afecte a nadie más... ya he hablado de eso, por lo tanto, el aborto debería ser decisión de cada quien... y que la conciencia nos juzgue.

Pero... ¡Hay que perseguir a esas mujeres del mal que han profanado su cuerpo!... O al menos así parecen hablar los grupos moralistas anti-aborto que francamente al ver a sus principales miembros, muestran que son gente sin nada que hacer y que deberían conseguirse una vida.

Las leyes mexicanas deberían darse en cuestión a prioridades. En un país donde no pasa un día sin escuchar sobre algún asesinato, fraude, secuestro o cualquier otra actividad, nuestras autoridades se dedican a una Cacería de Brujas donde usan la constitución para hablar del derecho a la vida... Díganle eso a los cientos de personas que perdieron a un ser querido y que no ven respuesta...

Pónganlo en perspectiva... Una pobre mujer que trabaja en una casa haciendo el aseo es violada por el fulano junior que vive ahí, la pobre mujer es humillada por los policias durante la interrogación, el fulano sale libre por falta de elementos o porque su papá es muy influyente, la mujer encuentra que está embarazada de un hijo que no puede mantener, decide abortar y la justicia mexicana la condena a cárcel, mientras el fulano repite con otra y esto se vuelve un ciclo... Así trabaja esta sociedad mexicana. (Para no herir susceptibilidades, no es el total pero sí la mayoría)


Eso fue en ese entonces... Ahora la situación cambió a un rubro muy interesantes: Ahora es el matrimonio gay... Y volvemos a lo mismo: Basados en interpretaciones moralistas estúpidas por parte del gobierno, quieren impugnar una ley que francamente no afecta a nadie. "¡Pobres niños!" dicen los puristas "... Van a vivir traumados y el daño será irreversible..." Yo no entiendo en qué se basan estos individuos para decir que los niños en matrimonios homosexuales terminan siendo "seres decadentes"... Si leemos entre líneas, prácticamente dicen que los homosexuales son los culpables de todos los males que hay en nuestra sociedad.

El punto importante es la importancia que la PGR le da a este asunto. Parece broma, insisto, que vean como una victoria que la Corte haya considerado su "Impugnación" y la canten a los cuatro vientos, cuando todavía existen infinidad de cosas más importantes en donde no hacen más que ignorar el asunto. ¿Dónde queda la prioridad de los asuntos? Es más importante jeringar a una minoría que lo único que quiere es tener derechos, que atacar a los que se han encargado de violar los de todos los demás? Es detestable desde el punto de vista que lo quieran ver. Por muy homofóbico que pueda ser alguien, deberían preocuparse de sus propias familias en vez de estar persiguiendo a otras que sólo quieren vivir tranquilas. Ya hablé mucho de este tema de los homosexuales, por ello no voy a indagar más en él, pero creo que ya ven cual es el punto.

En el mundo de hoy no deberían existir este tipo de detalles. Bien me decía un buen maestro que tuve en la Universidad... "El problema de las idoelogías es que su ventana es muy pequeña". Y es cierto, las ideologías muestran una perspectiva de la situación y nos cegamos a otros puntos de vista. Sin embargo, cuando ya se nubla el sentido de responsabilidad de las instituciones, por ideologías absurdas, eso ya es más inquietante. Convertir la intolerancia y la discriminación en leyes, es un pequeño paso hacia una autoridad fascista, de aquellas que recriminábamos antaño. Además, yo creo que a quienes no nos afecta nada de esto, estamos más preocupados por las acciones contra los verdaderos delincuentes. En pocas palabras, dejen en paz a las mujeres que deben tomar esa decisión y a los homosexuales, creo que podremos superarlo... Hay cosas que nos preocupan más donde francamente, no se ve avance...

Es sólo un decir de un ciudadano común y corriente...

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