miércoles, 13 de enero de 2010

Despertando al Gamer Dad en nosotros...















Hay que entender a los padres. Muchas veces el mundo que les toca vivir actuando como padres les presenta situaciones como las que observamos en la tira de Mafalda: Tratando de proteger a sus hijos, simplemente nos prohiben hacer ciertas cosas y a veces las permitidas pueden surgir como "tiros por la culata". En pocas palabras, es imposible proteger a los hijos y evitar su interacción con el mundo. Desafortunadamente para ellos, como padres, es difícil comprender el mundo que les toca vivir de la manera en que los jóvenes lo viven. Nuevas situaciones, nuevas modas, nuevas ideas y toda una variedad de conceptos que les resultan nuevas y que muchas ocasiones catalogan de nocivas por ser algo que ellos como niños no tuvieron la oportunidad de experimentar.

La generación a la que pertenezco yo (y muchos de los lectores quizá) tuvo un pasatiempo interesante en su momento y que actualmente se ha convertido en parte de muchas discusiones: Los mentados videojuegos. ¿Por qué un padre de los ochenta estaba tan preocupado por sus hijos al tener este contacto con los videojuegos? Simplemente porque no los entendía y no sabía cómo acercarse a ellos. Su mentalidad adulta no les permitía ver otra cosa que un elemento que podría ser dañino para nuestros hijos. Todo esto que menciono es normal. Los padres queremos lo mejor para los hijos que pudiésemos tener, y si ello provoca la prohibición de algo... tienen su derecho de hacerlo... pero obviamente, se requiere una justificación bien fundamentada.

En los últimos años, los videojuegos han sido catalogados como "la fuente de toda la maldad que existe en el planeta" gracias a un pobre manejo de la información por parte de los "medios" y "Grupos de Padres". Si ustedes analizan esas noticias en las que se involucran matanzas, asesinatos y masacres de jóvenes (Usando palabras mismas de los informantes que narran estas historias) siempre existe alguien que comenta que "El muchacho se caracterizaba por jugar "X" videojuego". Esos hallazagos son sorprendentes... Pero si algo tienen esos argumentos es mucha debilidad por una simple causa. Un joven de 16 años, por poner un ejemplo, es demasiado genérico. Sería igualmente factible decir que "el muchacho se caracterizaba por tomar mucha Coca - Cola" . Finalmente puede que sea así.

No voy a negar que haya violencia en los videojuegos. Existen infinidad de ellos que llevan la brutalidad a extremos que realmente sorprenden. Era obvio que llegarían a ese grado considerando que aquellos niños que se entusiasmaron con Pac-Man, Mario y Sonic, hoy día ya eran adultos que buscaban algo más satisfactorio en la interacción lúdica. Así llegó el videojuego para maduros. Pero ¡Oh, Sorpresa!... Resulta que para la gran mayoría de la gente, las consolas de videojuego quedaron marcadas por la visión de ser juguetes avanzados... eran para niños. Ahí comenzó la gran confusión. Basta analizarlo: El jugador joven había madurado, por ello, tenía un poder adquisitivo mucho mayor y por ello comenzaron a llover los juegos para mayores. Era un paso que debía suceder. Los videojuegos finalmente son un negocio.

Los videojuegos, desde un punto de vista particular, tienen sus aspectos negativos como todo. La comida tiene aspectos negativos y no por ello dejamos de consumirla. Pero en exceso y hecho como mal hábito, sencillamente nos perjudica (Obesidad, diabetes, etc.). Lo mismo pasa en este mundo de los videojuegos. Existen casos aislados donde se nota una obsesión hacia ellos... como en todo. Pero la culpa, simplemente, no es de los videojuegos en sí. Y eso es algo obvio... La primera razón de una situación de este tipo es precisamente la sociedad que nos rodea. La sociedad nos empuja a llevar a cabo todo lo que nos muestra. La publicidad nos muestra que no hay nada más "cool" que fumarse un cigarrito o tomar cerveza o comprarse un carro de lujo... Así mismo, la sociedad nos invita a jugar videojuegos... pero hasta donde lo queramos llevar, se refiere a un círculo más interno: Nuestro núcleo familiar.

Cada que veo "debates" que refieren a que los videojuegos son dañinos para los niños, me imagino comandos armados de jóvenes invadiendo las calles destruyendo todo, arrancando cabezas y disparando a quien se mueva... porque así lo hacen ver. Un acabose absoluto traído por la tecnología. Tal cosa no ha pasado, ni pasará. Pero también me he preguntado... ¿Hasta dónde un padre es responsable de lo que hagan sus hijos? Pregunta tonta, lo sé... porque no hay nadie más responsable de los actos de un hijo que sus padres... porque finalmente son quien más tiempo conviven con él. (¡¡Un destello de obviedad!!). Esto convierte a los videojuegos en el "chivo expiatorio" de todas las irresponsabilidades de los propios padres. La violencia ha estado ahí desde siempre: En la TV, en el cine, en los libros... ¿Cuántos cuentos infantiles no hablan de monstruos comiendo niños o muertes violentas? Y no veo ejércitos infantiles cargando espadas... La cuestión de la interacción del videojuego y de la sociedad, está basada en las bases sociales que tengamos, es decir, si nuestras bases son sólidas, ningún videojuego o cualquier medio puede cambiarlo. Yo tengo más de veinte años jugando videojuegos y mi "death toll" es un raquítico "000"... ustedes dirán...

Pero nuestras bases deben ser fundamentadas, y creo que en ese sentido ya tenemos una ventaja. Esta generación creció con los videojuegos, y por ello siguen siendo parte de nuestro entretenimiento a esta edad. Era obvio que los niños de los ochenta se entusiasmaran y fueran los principales grupos que los adquirían. Los mayores de entonces no lo comprendían porque sus ideas estaban sólidas y era difícil que aprendieran algo que desconocían. Pero ahora, dado que nosotros hemos madurado a la par de esta tecnología (consideren que la edad promedio de videojugador en la actualidad es de 27 años), estas nuevas generaciones pueden aprender de nosotros cómo sobrellevar la pasión que tenemos. De aquí el principio americano del "Gamer Dad": Padres que juegan con sus hijos compartiendo una actividad similar. Nuestras bases familiares aunadas con nuestro conocimiento integral sobre videojuegos nos ayudará a que nuestros hijos sean propiamente educados en las acciones y reacciones hacia los juegos. Esa es la ventaja que nuestra generación tiene y que debe sacarle provecho para establecer bases sociales que permitan a esta actividad romper con el paradigma creado de que "Los videojuegos son causa de la maldad del mundo". Yo ya me estoy entrenando como un "gamer dad"... Ojalá todos lo hagan, porque "estar preparado es importante, saber esperar lo es aún más, pero aprovechar el momento adecuado es la clave de la vida". Arthur Schnitzler


(Ah, y por supuesto que "gamer moms" debe haber también...)



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